¿Informalidad o carrera profesional?

¿Te acuerdas de Joey Tribbiani, el actor de Friends?

Siempre simpático, siempre soñador… pero también siempre sobreviviendo. Nunca tuvo estabilidad económica, se comía la comida de los demás y tenía que rogar por papeles para pagar la renta.

Sí, Joey tenía talento.
Pero también le faltó formación y estrategia. Nunca terminó estudios, nunca invirtió en desarrollarse más allá de actuar “porque sí”. Resultado: años de inestabilidad, informalidad y frustración (aunque siempre nos hizo reír).

¿Y si tu hijo termina igual?
Con talento, pero sin estructura. Con carisma, pero sin ingresos seguros.
La informalidad no es un castigo… pero tampoco es un plan.

¿Cómo evitarlo desde hoy?

• Cultiva lo que le gusta, pero sin romantizarlo.

• Ayúdalo a desarrollar habilidades formales: comunicación, manejo del dinero, disciplina, resolución de problemas.

• No le cortes las alas, pero enséñale a construir el avión.

Muchos artistas, creadores y emprendedores logran vivir de su pasión… pero solo si también aprenden a trabajar con estrategia.

Conclusión:
No todos tienen que ser como Ross con su doctorado.
Pero tampoco como Joey sin plan.
Lo ideal es que tu hijo sea quien es, pero con rumbo y herramientas.

Para que pueda volar alto, es esencial que tenga un balance entre seguir sus sueños y desarrollar habilidades prácticas que le aseguren un futuro estable. La clave está en encontrar ese punto medio donde la pasión y la planificación se encuentran, permitiéndole vivir una vida plena y satisfactoria. Al final del día, se trata de apoyar sus sueños mientras se le proporciona un marco que le permita convertir esos sueños en realidad. ¡Anímalo a soñar en grande, pero también a planificar con inteligencia!

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Nos vemos allá y arriésgate bien.